Hay que recordar que:
No hay tempestad sin calma, no hay noche sin amanecer. Vamos a salir adelante, porque no hay crisis doblegue a las almas fuertes.
Un buen corazón acompañado por sentimientos cálidos y nobles, son las cosas más importantes para que brille la luz de la fe y la esperanza; por lo tanto no habrá imposibles, porque si la fe es tan solo como un grano de mostaza diremos a las montañas de dificultades ... échate al mar y así será, Dios lo prometió y Él no falla. Si dirigimos la mente a pensamientos positivos y elevados, nunca perderemos calma, aún en medio del temporal.
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