Fabricando un hijo frágil

Muchos padres sumergen a sus hijos en el lujo y la sobre protección, haciéndolos creer que son intocables.
Casi les hacen creer que son inmortales, pero los convierten en mortales muy frágiles y vulnerables ante la más mínima frustración.
Los enaltecen y por todo gritan, por todo se enojan, por todo lloran, por todo se deprimen.
Son incapaces de vivir pequeñas carencias o sacrificios.
Se sumergen en un mundo de placer y comodidad pero irreal.
Los niños que no han experimentado pequeñas frustraciones, tarde o temprano sufren desilusiones por su poca capacidad de tolerar.
Muchos padres engrandecen a sus hijos y estos son incapaces de sobrevivir a pequeñas dificultades porque creen que el mundo debe girar alrededor de ellos.
Los hijos son frágiles para enfrentar la realidad que tienen en su talón de Aquiles en su poca capacidad para levantarse después de una pequeña caída, persistir en el esfuerzo de una tarea aburrida o privarse de un placer para alcanzar una meta, no sumerjan a sus hijos en un mundo lleno de placer y pocas responsabilidades, ya que tarde o temprano algo o alguien tocará su lado susceptible y los destruirá...