DEJO a los autores de mis días un dolor
que no sé como podrán soportarlo en su vejez.
DEJO a mis hermanos toda la vergüenza
y el pesar que les causé con mi manera de vivir.
DEJO a mi esposa un corazón quebrantado
y una vida de miseria.
DEJO a cada uno de mis hijos pobreza, ignorancia, embrutecimiento
y el triste recuerdo de que su Padre murió víctima de la embriaguez.
DEJO a la sociedad un carácter detestable, un ejemplo funesto
y una memoria odiosa.
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