Un amigo estaba delante de mí saliendo de la iglesia un día, y el sacerdote estaba de pie en la puerta saludando a los feligreses como lo hacía siempre.
El agarró a mi amigo de la mano lo tiro hacia un lado.
El sacerdote le dijo: “Tu necesitas unirte al Ejercito de Dios”
Mi amigo respondió: Yo ya estoy en el ejercito de Dios, padre
”El sacerdote preguntó: “¿Por qué entonces no te veo en misa a excepción de la Navidad y la Pascua de Resurrección?
”Él le susurro de vuelta: “Es que estoy en el servicio secreto
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