El árbol con sus ramas verdes, significa:
La vida eterna, que trajo Cristo al mundo, la perpetua esperanza.
La estrella que se pone en lo alto:
significa la fé y es el símbolo que guió y atrajo a los hombres al encuentro de Nuestro Señor Jesus,
El color de la decoración:
Azul: arrepentimiento
Plateado: agradecimiento
Dorado: alabanza
Rojo: petición.
LOS FOCOS DE COLORES ENCENDIDOS
Simbolizan el advenimiento de la luz
Las figuras colgantes
Significan la Gloria de Dios que se refleja en todas partes
Los regalos que se colocan debajo de él
Simbolizan la cantidad de dones que Dios nos trae con su llegada y que hemos de compartir los unos con los otros
El árbol del Niño Jesús. Cuenta la leyenda que, en la primera mitad del siglo VIII, un roble que los paganos consideraban sagrado cayó sobre un abeto. Milagrosamente, éste quedó intacto, por lo que fue proclamado el árbol del niño Jesús. Su forma triangular se dijo que era representativa de la Santísima Trinidad, con el Dios Padre en la cúspide.
El abeto del cristianismo. Una historia muy similar a la anterior dice que, también en el siglo VIII, el monje inglés Winfrid taló en Nochebuena un roble que era utilizado en las festividades paganas para ofrecer vidas en sacrificio. En ese mismo lugar brotó, 'milagrosamente', un abeto, por lo que se decidió tomar este árbol como emblema del cristianismo.
El árbol luminoso. Otra leyenda nos lleva hasta el rey Arturo. Se dice que Persifal, uno de los caballeros de la Mesa Redonda, descubrió un árbol lleno de luces brillantes, que se movían como estrellas, mientras buscaba el Santo Grial o cáliz de la última cena de Jesús.
También el escritor alemán Goethe, en su libro 'Werther', hizo mención a un frondoso arbusto lleno de caramelos y figuras religiosas.
El árbol de la vida eterna. Algunos cuentan que el origen del árbol hay que atribuírselo al monje inglés San Bonifacio. Se dice que, en uno de sus viajes, encontró a un grupo de paganos alrededor de un gran pino en el instante en el que iban a sacrificar a un niño en honor al dios Thor.
Para evitar el sacrificio y salvar al pequeño, San Bonifacio derribó el árbol con un poderoso y potente golpe de puño. El santo dijo a los allí congregados que ese pino era el árbol de la vida eterna de Cristo.
Luces de colores en el bosque. Cierta historia cuenta que Martin Luther King, caminando por un bosque en vísperas de Navidad, se quedó deslumbrado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles.
Quedó tan impresionado que decidió cortar un pequeño árbol y llevárselo a casa. Allí recreó la misma belleza que contempló en el bosque colgando luces de colores.
La historia del árbol de Navidad
El moderno árbol navideño proviene de Alemania. Sus primeras referencias datan de finales del siglo XVI, cuando un árbol fue decorado para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo.
Hasta el siglo XIX no llegaría a Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Puerto Rico, China y Japón. Y la tradición del abeto decorado salió de Inglaterra a Estados Unidos, en los tiempos de la colonización. Se atribuye a August Imgard, un hombre de Ohio, la instalación del primer árbol navideño, en 1847.
A partir de ese momento, la cultura norteamericana ha sido abanderada en materia de decoración de navidad.
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