llena nuestros corazones de alegría.
No importa cuánto temamos las prisas,
las listas de regalos navideños
y las felicitaciones que nos queden por hacer.
Cuando llegue el día de Navidad, nos viene el mismo calor
que sentíamos cuando éramos niños,
el mismo calor que envuelve nuestro corazón y nuestro hogar.
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